Fernando Pessoa Lisbon Resvisited

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No: no quiero nada.
Ya dije que no quiero nada.

¡No me vengan con conclusiones!
La única conclusión es morir.

¡No me traigan estéticas!
¡No me hablen de moral!
¡Sáquenme de aquí la metafísica!
No me pregonen sistemas completos, no me alieen
......conquistas
De las ciencias (¡de las ciencias, Dios mío, de las
......ciencias!)
De las ciencias, de las artes, de la civilización
......moderna!

¿Qué mal hice a los dioses todos?

¡Si tienen la verdad, guárdenla!
Soy técnico, pero tengo técnica sólo dentro de la
......técnica.
Fuera de eso soy loco, con todo el derecho a serlo.
Con todo el derecho a serlo, ¿oyeron?

¡No me importunen, por amor de Dios!

¿Me querían casado, fútil, cotidiano y tributable?
¿Me querían lo contrario de esto, lo contrario de
......cualquier cosa?
Si yo fuese otra persona, les haría, a todos, la voluntad,
¡Así, como soy, tengan paciencia!
¡Vayan al diablo sin mí,
¿para qué tenemos que ir juntos?

¡No me tomen del brazo!
No me gusta que me tomen del brazo. Quiero ser solo.
¡Ya dije que soy solo!
¡Ah, qué inoportunidad querer que yo tenga compañía!
¡Oh, cielo azul –el mismo de mi infancia-
Eterna verdad vacía y perfecta!
¡Oh sedoso Tajo ancestral y mudo,
Pequeña verdad donde el cielo se refleja!
¡Oh, dolor revisitado, Lisboa de otrora de hoy!
Nada me dais, nada me sacáis, nada sois que yo me
......sienta.

¡Déjenme en paz! No tardo, que yo nunca tardo…
¡Y mientras tarda el Abismo y el Silencio quiero estar
......solo!

Si te quieres matar, ¿por qué no te quieres matar?
¡Ah, aprovecha! Que yo, que tanto amo la muerte y
......la vida,
Si osase matarme, también me mataría…
¿De qué te sirve el cuadro sucesivo de las imágenes
......externas
A las que llamamos mundo?
¿La cinematografía de las horas representadas
Por actores de convenciones y poses determinadas,
El circo polícromo de nuestro dinamismo sin fin?
¿De qué te sirve tu mundo interior que desconoces?
Tal vez, matándote, lo conozcas finalmente…
Tal vez, acabando, comiences…
Y de cualquier forma, si te cansa el ser,
¡Ah, cánsate noblemente,
Y no cantes, como yo, la vida, por ebriedad,
No saludes como yo la muerte en literatura!

¿Hace falta? ¡Oh sombra fútil llamada personal!
Nadie hace falta; no haces falta a nadie…
Sin ti correrá todo sin ti.
Tal vez sea peor para otros tu existir que el que te mates…
Tal vez peses más durando, que dejando de durar…

¿El dolor de los otros?...¿Tienes remordimiento
………adelantado
De que te lloren?
Descansa: poco te llorarán…
El impulso vital apaga las lágrimas poco a poco,
Cuando no son por cosas nuestras,
Cuando son por lo que le sucede a los otros, sobre
.........................todo la muerte,
Porque es la cosa después de la cual nada sucede a
......los otros…
Primero es la angustia, la sorpresa de la venida
Del misterio y de la falta de tu vida hablada…
Después el horror del féretro visible y material,
Y los hombres de negro que ejercen la profesión de
......de estar allí.
Después la familia para velar, inconsolable y contando
......anécdotas,
Lamentando la pena de que hayas muerto,
Y tú, mera causa ocasional de aquella lamentación,
Tú verdaderamente muerto, mucho más muerto de
......lo que calculas…
Mucho más muerto aquí de lo que calculas
Aunque estés mucho más vivo más allá…
Después la trágica retirada para la sepultura o la fosa,
Y después el principio de la muerte de tu memoria.
Hay primero en todos un alivio
De la tragedia un poco inoportuna de que hayas muerto…
Después la conversación se aligera cotidianamente,
Y la vida de todos los días retoma su día…
Después, lentamente olvidaste.
Sólo eres recordado en dos fechas, anualmente:
Cuando hace años que naciste, cuando hace años
......que moriste.
Nada más, nada más, absolutamente nada más.
Dos veces en el año piensan en ti.
Dos veces en el año suspiran por ti los que te amaron,
Y una u otra vez suspiran si acaso se habla de ti.

Encárate en frío, y encara en frío lo que somos…
Si quieres matarte, mátate…
¡No tengas escrúpulos morales, recelos de
......inteligencia!...
¿Qué escrúpulos morales o recelos tiene la mecánica
......de la vida?
¿Qué escrúpulos químicos tiene el impulso que genera
Las savias, y la circulación de la sangre, y el amor?
¿Qué memoria de los otros tiene el ritmo alegre de la vida?
Ah, pobre vanidad de carne y hueso llamada hombre.
¿No ves que no tienes absolutamente ninguna
......importancia?

Eres importante para ti, porque es a ti que te sientes.
Eres todo para ti, porque para ti eres el universo,
Y el propio universo y los otros
Satélites de tu subjetividad objetiva.
Eres importante para ti porque sólo tú eres importante
......para ti.
Y si eres así, oh mito, ¿no serán los otros así?

¿Tienes, como Hamlet, el pavor a lo desconocido?
Pero, ¿qué es lo desconocido? ¿Qué es lo que tú conoces,
Para que llames desconocido a cualquier cosa en especial?

¿Tienes, como Falstaff, el amor aceitoso de la vida?
Si así la amas materialmente, ámala todavía más
Materialmente
¡Tórnate parte carnal de la tierra y de las cosas!
Dispérsate, sistema físicoquímico
De células nocturnamente conscientes
Por la nocturna conciencia de la inconciencia de los
......cuerpos,
Por la gran manta no-cubre-nada de las apariencias,
Por el césped y la hierba de la proliferación de los seres,
Por la neblina atómica de las cosas,
Por las paredes remolineantes
Del vacío dinámico del mundo…

En la noche terrible, sustancia natural de todas las noches,
En la noche de insomnio, sustancia natural de todas
......mis noches,
Recuerdo, velando en modorra incómoda,
Recuerdo lo que hice y lo que podía haber hecho en
......en la vida.
Recuerdo, y una angustia
Se dispersa por mí todo como un frío del cuerpo o
......un miedo.
Lo irreparable de mi pasado -¡ese es el cadáver!
Todos los muertos puede ser que sean vivos en otra parte.
Todos mis propios momentos pasados puede ser que
existan en algún lugar,
En la ilusión del espacio y del tiempo,
En la falsedad de transcurrir.

Pero lo que yo no fui, lo que yo no hice, lo que ni
......siquiera soñé;
Lo que sólo ahora veo que debería haber sido,
Eso está muerto más allá de todos los Dioses,
Eso –y fue finalmente lo mejor de mí- ni los Dioses
......hacen vivir…

Si en cierta altura
Hubiese girado para la izquierda en vez de para la
......derecha;
Si en cierto momento
Hubiese dicho sí en vez de no, o no en vez de sí;
Si en cierta conversación
Hubiese tenido las frases que sólo ahora, en la
......somnolencia elaboro,
Si todo eso hubiese sido así,
Sería otro hoy, y tal vez el universo el universo entero
Sería insensiblemente llevado a ser otro también.

Pero no giré para el lado irreparablemente perdido,
No giré ni pensé en girar, y sólo ahora lo percibo;
Pero no dije no o no dije sí, y sólo ahora veo lo que no dije;
Pero las frases que faltaron decir en ese momento
......me surgen todas,
Claras, inevitables, naturales,
La conversación cerrada concluyentemente
La materia toda resuelta…
Pero sólo ahora lo que nunca fue, ni será para atrás,
......me duele.

Lo que frustré de veras no tiene ninguna esperanza
En ningún sistema metafísico.
Puede ser que para otro mundo yo pueda llevar lo
......lo que soñé,
Pero ¿podré llevar para otro mundo lo que me olvidé
......de soñar?
Ésos sí, los sueños por haber, que son el cadáver.
Lo entierro en mi corazón para siempre, para todo
el tiempo, para todos los universos.

En esta noche en que no duermo, y el sosiego me cerca
Como una verdad que no comparto,
Y allá afuera la luz de la luna, como la esperanza
......que no tengo, es invisible para mí.

El tumulto concentrado de mi imaginación
......intelectual…

Hacer hijos a la razón práctica, como los creyentes
......enérgicos…

Mi juventud perpetua
De vivir las cosas por el lado de las sensaciones y no
......de las responsabilidades.

(Álvaro de Campos, nacido en Algarbe, educado por
......un tío abuelo, sacerdote, que le introdujo un
......cierto amor por las cosas clásicas.) (Vino para
......Lisboa muy mozo…)

La capacidad de pensar lo que siento que me
......distingue del hombre vulgar
Más de lo que él se distingue del mono.
(Sí, mañana el hombre vulgar tal vez me lea y
......comprenda la sustancia de mi ser,
Sí, lo admito,
Pero el mono ya hoy sabe leer al hombre vulgar y
......le comprende la sustancia del ser).

Si alguna cosa fue ¿por qué no lo es?
¿Ser no es ser?

Las flores del campo de mi infancia, ¿no la tendré
......eternamente,
En otra manera de ser?
¿Perderé para siempre los afectos que tuve, e incluso
......los afectos que pensé tener?
¿Hay alguien que tenga la llave de la puerta del ser,
......que no tiene puerta,
Y me pueda abrir con razones la inteligencia del
......mundo?

Navidad sin tí

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Pasen felices fiestas! Salud

¡Que ganas de salir corriendo a buscarte!

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¡Que ganas de salir corriendo a buscarte! Aunque no sepa muy bien a donde, con la ilusa fantasía de un sediento de amor que se pregunta, si después de tantos años aún te acordarás de él; las oraciones en el templo del tiempo no bastarán para volver atrás y eliminar esta angustia que me asesina lentamente. ¡Que ganas de salir corriendo a buscarte! Pues no aguanto más la tortura de tu recuerdo asomándose por todas las ventanas de mi casa. Respiro tu ausencia, que lleva mucho allí, pero que recién mi nariz identifica como tú no-aroma. ¡Que ganas de salir corriendo a buscarte! Porque eliminar tu recuerdo de mi es imposible ¿cómo lo haría, oh recuerdo dulce y tierno de allá, de mis ayeres? No quiero, más no puedo tampoco… ¡Que ganas de salir corriendo a buscarte! Y enfrentar este destino trágico que nos unió cuando nada sabíamos de “esto”, y nos mantiene separados ahora que la cotidianidad es precisamente “esto”. ¡Que ganas de salir corriendo a buscarte! Dejando las lastimosas letanías que piden tu regreso, oh inútil ejercicio hacía el falso creado y lanzándome al absurdo. ¡Que ganas de salir corriendo a buscarte! Abandonarme por fin a mi mismo y a esta desesperación. Negra noche no esperes más, cubre con tu manto oscuro el horizonte para no verle, silencia a lo vivo para no escuchar su voz, corta con tu feroz guadaña de un tajo mi conciencia y permite entregarme al sueño reparador donde las ganas de salir corriendo a buscarle no produzcan ningún anhelo.

La noche de mi mal

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Aún no se borran tus caricias de mi piel. Y mi boca tiembla esperando tus besos. Una tristeza suave, pero desgarradora, empaña los cristales de mis anteojos. Movimientos de ansiedad recorren, como descargas eléctricas, todo mi cuerpo. Y vuelven los sueños, uno tras otros, donde tus manos me recorren y mis labios ruedan por todo tu cuerpo, hasta llegar a tu centro, después los embates de tu cuerpo contra el mío que culminan en la explosión de tu universo en mi universo para formar uno solo. Despierto acariciándome y evitando sentir lo frío de un mundo sin tu compañía. Ya no hay domingos felices y los sábados mueren ahogados en alcohol teniendo como escenario su fallecimiento en burdeles de mala muerte. La rutina no es soportable y las noches son tan pesadas que no me permiten levantarme. Los horizontes no son deshechos por la salida del sol y la luna menguando permanece. Los nubarrones se esparcen por el cielo, la tinta se agota y de los ojos, enrojecidos, ya no derraman más lágrimas, ya no hay más agua para ello…

¡INDIGNACIÓN CHINGA TU MADRE ESPURIO CALDERÓN!

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¡INDIGNACIÓN CHINGA TU MADRE ESPURIO CALDERÓN!


Una disculpa esta ocasión por no mostrar argumentos y mostrarme demasiado viseral pero la verdad creo que me faltaran palabras para expresar la indignación de la que soy presa. Para ver la información completa, pueden checarle:




No, no enviaré la noticia como lo suelo hacer, ¿por qué? Porque quiero expresar la opinión con todas las tripas que llevo dentro. Y les habló a todos ustedes, amigos y conocidos míos. ¿Cómo es posible que una propuesta, a todas luces, inconstitucional sea aprobada? ¡Chingao! Es para enchilarnos y lo que sigue el hecho de la venta de lotes para que extraigan el petróleo. Estamos, ellos con sus propuestas y nosotros con nuestra tibieza, tirando a la basura el gran logro que fue la expropiación petrolera. No es un paso, es un largo retroceso. Ya se demostró, el hecho de esta crisis es el mejor argumento, que el Mercado y las Corporaciones no son los mejores para administrar los recursos (más aún: el que dirige el destino de nuestro país), basta ver las experiencias en otros países donde se ha privatizado (o “reformado” en lenguaje calderonista”) cuestiones como el agua y otros energéticos que son BÁSICOS para que el Estado pueda ofrecer una vida digna para el pueblo por y para quien este fue fundado. Por lo que, solo él debe regir en dichos ámbitos. El manejo de los recursos por las trasnacionales ha dejado una serie de catástrofes de las cuales podemos citar un par de ejemplos: el tiradero de deshechos en el Amazonas causando un desastre ecológico por no darle un tratamiento adecuado a los residuos debido a que la empresa quería ahorrar unos cuantos millones para beneficiarse a sí misma. Otra: la privatización de la industria eléctrica en Georgia que dejó a una ciudad entera sin luz porque la gente no era capaz de pagar ese servicio. ¿A quién beneficiaron estos cambios? A las Empresas y a la gente en el poder que no sabe ni siquiera como fortalecer un Estado y fortalecerse a sí misma, solo conocen el pinche poder de los billetes, ellos se largan con sus maletas llenas de dinero dejando a la gente hambrienta, al Estado debilitado y a un puño de beneficiados nacionales o trasnacionales extrayendo la poca riqueza que nos queda. ¿Y qué mas podríamos esperar de un presidente espurio, vendido, impuesto que solo favorece a los intereses que lo coloraron allí? ¿Y qué más podríamos esperar de una bola de huevones que se sientan para “legislar” a su manera? ¿Quién ha de ver por el pueblo? Obvio que ellos no. Ya hemos visto como consumaron ayer una de las traiciones más grandes a la patria, no se si la mayor, porque el cúmulo de traiciones a la gente sube, como subían los pecados de Sodoma y Gomorra hasta el cielo, por la gente de esa línea (Salinas y el TLC, por ejemplo). ¡Basta de inacción! Esta es mi primer acción (no la última) y es mentarle la madre a ese que está sentado en la silla presidencial y a toda su jauría de cínicos lameculos y vende patrias, al pinche presidente del empleo y su neofascismo pendejo, y ya somos más los que te odiamos cabrón a ti y a toda tu cofrade, no digo que la historia los juzgará porque nosotros los estamos juzgando: son culpables de violar la Constitución, son culpables de dejar desprotegido al pueblo de México, son culpables de traición a la Patria, son culpables del pecado más atroz que ni los animales comenten: traicionar a su propia sangre, a su propia manada…

Crímenes Perfectos...

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La moneda cayó por el lado de la soledad...

Lagrimas y sangre

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En el altar de las pasiones desoladoras
Alguien busca una bendición
Que reza en llanto y le prende tres veladoras
enterrado en su sumisión
Siente la muerte tentarlo intensamente

lleva luto en el corazón
duerme y despierta junto a la luna incierta
con sabor a consagración


Quiero llorar hasta desecar mis ojos, de manera tal que mis lágrimas dejen de producir agua y manen gotas de sangre que escurran mis mejillas con rasgos de uñas mostrando marcas rojas. Que mi garganta enronquezca y le falte lubricación por el constate flujo de alaridos. Convertir todo mi cuerpo en una escultura inspirada por el dolor de tu ausencia, masa informe con solo materia. En un sordo quejido expresar el mas grande lamento fruto de tu abandono: sí, del tuyo. Tú que me elevaste a la esfera celeste, a contemplar las ideas y que ahora me dejas encarcelado en esta prisión de carne y hueso; a quien coroné con guirnaldas y devolvió el gesto ciñendo mi cabeza con espinas. Doloroso adiós que me sumerge en una existencia del tormento. ¿Por qué tuve que probar de tus manos la esperanza a la que ya había renunciado? ¿Por qué tus labios estaban repletos de alegría, la que yo no puedo producir? ¿Por qué ungido estabas en eso que se llama sentido? Y todo lo probé, desgracia mía, abriste todas mis heridas que comenzaban a cicatrizar. Esto no es luto, es una enfermedad mortal, tu ausencia carcome mis energías, mi ansia vital, mis ganas de seguir respirando... Me convierte en una sombra de la existencia…


Mira como sangro y como lloro por tí
mira como el tiempo me ha traido hasta aquí
Mira como el manto de la noche me cubrió
mira este rostro que la identidad perdió



Canción: El altar de las pasiones desoladoras
Canta: Anabantha
Imagen: http://i17.photobucket.com/albums/b74/lisrc20/bfs.jpg

Una Luz que se apaga

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Entre copa y copa se acabó mi vida, llorando borracha tu pérfido amor…


El ruido del lugar, las copas que se suceden una a otra, desconocidos que transitan, cuerpos que bailan y minutos que caen asesinados sin más cruel martirio que una orla que no conozco: misión cumplida. Todo igual, nada que sobresalga, como dijo Nietzsche: ningún pastor y un solo rebaño. ¿Y yo? Pensando sin pensar. La noche se va descomponiendo en nauseabunda podredumbre, no atisbo ni de cerca lo que puede acontecer. Hasta que una luz tenue, alumbra las tinieblas del lugar y de mi conciencia. Y cuando vi la cara de esa luz desee creer en las coincidencias y pensar que él era la razón de que yo hubiera elegido ese lugar y no otro, antes de vernos o conocernos siquiera. Y es que la belleza que expresa un rostro como aquel, con una cierta dosis, muy exacta, de inocencia en un lienzo de piel blanca, evoca lo que puede tener de divino el hombre y despierta el ansia por la metafísica y la religión, pero esos libros ya los he quemado por consejo de Hume y ahora predico, con Zaratustra, la muerte de Dios. Justo cuando le aprecié de cerca, supe que ya no habría marcha atrás, era una de esas situaciones que te marcan lo quieras o no, y recordé a Kierkegaard, lo hagas o no lo hagas te arrepentirás, profética frase, ni en Delfos se dijo algo de tal envergadura. Su hermosura sin igual cortó mi aliento y elevó mis pies de la tierra. Quería volar y llevarlo conmigo a un lugar que pudiera analogar o simular su belleza, eso pudiera ser posible. Y mis miedos y temores se convirtieron en mi flagelo que terminó por hacerme tomar una decisión: no lo haría y por tanto, me arrepentiría. Pero este tipo de seres tienen una especie de autopercepción (aunque sea inconciente) de sus características estéticas y saben que un rechazo es prácticamente imposible. Así que bajó del Topos Uranos y escuché una voz preciosa que se dirigía a mí. Allí lo supe: me arrepentiría. El acercamiento y el reconocimiento que solo puede dar ese primer beso en que tiempo y espacio pierden su forma, solo recalcó aquel pensamiento. Sentí una y otra vez como la música perdía intensidad, sabiéndose inoportuna, cuando él me hablaba y entre pequeñas frases me lo dijo: quería que lo acompañará. Y supe que podía ser feliz… Cuando sientes la piel del otro, es decir, estar a contra piel con un cuerpo caliente cuyo corazón palpita acelerado aún por los embates de la acción erótica, sabes que después de todo la vida si puede tener algún sentido y deshechas por infructuosa la teoría del absurdo y afirmas el eterno retorno: sí, lo haría una vez y otra vez, olas veces que fueran, las vidas que fueran, repetiría todo con tal de volver a vivir este momento. Y cuando se duerme en brazos de con quien quisieras pasar toda una vida es justo en ese momento en que realmente no falta nada. El amanecer me arrebató mi plenitud y cuando caminaba por las calles de la ciudad que se levantaba no sabía si todo había sido un sueño o la alucinación de una droga que no me había dado cuenta de consumir. Y el arrepentimiento comenzó levemente, primero como un escalofría, después como una heladse por todo mi cuerpo. Había cometido el pecado más alto: probar la gloria divina, el elíxir, la ambrosía de los dioses. Y ahora ¡ay de mí! Quería repetirlo, me sentía más hueco que antes de mirarlo. Mi sola rutina fue capaz de levantar el clamor a los cielos pidiendo volverlo a ver, pero los dioses ya no moran en el Olimpo. Con sangre y sudor luché por repetir lo irrepetible, pero la belleza de la muerte de una estrella, esto es su fugacidad, no se repite. La amargura de la derrota de quien había triunfado sobre lo finito y ahora se descubre mortal de nuevo, me invadió. Él se fue, partió ayer, eso es lo que creo, y no hay un minuto en que la intención de mis pensamientos lo reflejen, no hay sentimientos que no lo evoquen. El descender a los pantanos es más difícil si se conoce el bosque, que si se viene de un desierto Y yo, que le recuerdo, escucho su voz entre mis añoranzas, y mi memoria sobre él es una tortura que pesa y que pesa más en un amanecer de domingo, cuando solo alguien como él pudo salvarme de la fatídica le vedad que me cubre en este día…
Traigo penas en el alma que no las mata el licor...

Canción: "Traigo penas en el alma" Canta: Lila Downs


¿Quién se apunta?

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El capitalismo y la mercantilización del humano en su máxima espresión jajajaja... que conste que yo no llamé (aún jajajaja).

Nos sobran los motivos

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Este jueves y viernes y el miércoles que vendrá....

Tardes Nubladas

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¡Que tardes nubladas aquellas! Cuando esperaba, con el ansia que el café infunde, unos cigarrillos a medio morir y un libro de Baudelaire, que llegaras en este clima que nos invita a una fiesta de nosotros, hundiendo lo otro, bajo el diluvio que se avecina. Festín de caricias que condimentaremos con ternura y cariño. El aire, con cierto dejo de frialdad, nos lastimará pero con el roce de nuestros cuerpos, curaremos nuestras heridas. ¡No demores más! Que el viento comienza a hacer titiritar mi alma. Las nubes físicas parecen hacer brotar hermanas suyas en mi interior y el flagelo me llama a gritos. El café y los cigarrillos agonizan, el humo se difumina… La tormenta, tanto interior como exterior, está por comenzar. No hay paraguas que me salvé: me empaparé. Los relámpagos interiores irrumpen, pero son superados por un ruido aún mayor: el timbre, avatar de tu llegada…

Enten eller

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“Enten eller”, nos dice Kierkegaard esto es: “O lo uno, o lo otro”, elige aunque elijas lo que elijas te arrepentirás y te lamentarás. Lo suscribo: quiero compromiso, quiero comprometerme con lo que soy pero, diantres, es demasiado difícil. Me lamento al quedarme solo, al tener que entrar cada vez en toda esa espesa neblina que he soplado sobre mi pasado para hacerlo más soportable. Me arrepiento, a veces, de abandonar tantas cosas que he dejado de lado. Dudo, siempre, si he tomado el rumbo adecuado: MI rumbo. O lo uno o lo otro, dudo: ¿qué debo de elegir? ¿Cuál elección es más soportable? ¿Qué criterio debo ocupar para elegir lo adecuado? La grandeza del hombre (o si no, por lo menos su peculiaridad, a decir de Heidegger) es ser posibilidad, pero me he hartado de esa posibilidad. Me arrepiento de elegir no elegir, me lamento de no haber decidido en su momento. ¿Por qué a la pregunta “o lo uno o lo otro” no puedo afirmar sin más “o lo uno o lo otro: da igual, venga lo que sea”? Bien lo sé, hay que elegir…Se busca principio esclarecedor, camino que lleve hacia el compromiso, antídoto contra la angustia...

A una sonrisa

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Y con una sonrisa que resuena como trompetas frente a las murallas de mi tedio, que caen derrumbadas al unísono con aquella prodigiosa seña. ¿Cómo puede una mueca conjuntar lo finito con lo infinito? Con ese hueco en tu rostro: ¿muestras el interior de tu alma? No importa si es realidad o no, yo lo pensaré así: es tu sonrisa, reflejo sin duda ya, de tu belleza. Tanta jovialidad en ese rostro que se arruga por las fuerzas centrípetas de esos labios alegres. Si las miradas producen luz, si la voz se torna en música, ¿qué pasa con las sonrisas? ¿No son imagen y sonido? y por ende: ¿luz y música en un mismo tiempo? ¡Ah! Terrible desgracia pende, como espada de Damocles, sobre aquel que borre tu sonrisa. ¡Maldigo y lanzo a las Furias a quien se atreva a dañar al más estético monumento humano! ¡Que tu sonrisa permanezca! Que no abdique ni por un beso, ni por una lágrima...

A unos ojos tristes

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Contemplo ahora aquellos ojos tristes y pareciera, pienso, que poco falta para que rompan a llorar. Niño de piel morena ¿porqué tu cara arrugada en extrañeza me extraña? Cualquiera juraría que los ojos ya están anegandos en llanto, sin respetar los diques de la socialidad. Melancolía no padeces ahora, es una larga y profunda tristeza... Besarte quisiera y borrarla de tu rosto: ¿pero me atrevería a romper tan bella faz? ¿Podría yo acaso destruir aquello que es tu mejor ornato? ¿No será que borrar el delineado de la tristeza, haría desaparecer tu rostro de mi mente? Ojos tristes, anhelantes de cercanía, ruego a los dioses, que yo pueda ser esa cercanía...

Intentos de tragedias cotidianas

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He de confesar que hay un cierto placer malsano en el caminar por las calles como un zombie. En sentir la vida ligera o, en palabras más concretas, en boca de José Alfredo Jiménez, “que la vida no vale nada”. Las gotas se estrellan sobre mi cabeza y mi cuerpo y yo, con el paraguas dentro de la mochila, dejo que este vil ataque del cielo suceda una y otra vez, sin evitarlo en lo más mínimo. La lluvia, en este estado, no moja es más: no molesta. Sus residuos son como los pensamientos que una y otra vez atormentan mi cabeza: el trabajo, la escuela y…¿la existencia? ¿Realmente tengo tiempo para pensar en eso? No, no lo hago. Prefiero estar saltando de un lado a otro, que mi mente revise tantas cosas como sean posibles con un halo de aparente profundidad, pero que ni siquiera llega a trasgredir la superficie. Luego, fingir la mirada pérdida, tratar de resaltar las ojeras que, de por sí, ya son mas que evidentes. El paso distraído, que en realidad si es tal: la distracción de todo, la evasión de mí mismo es fundamental para todo esta actuación que tiende hacia la tragedia, pero muy a mi pesar, nunca la logra…




Imagen: http://www.arteespana.com/esculturas/g-ro-mascaratragedia.jpg

Escrito número 100!

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No hay como despertarse con un terrible dolor de cabeza por la mañana, apenas abrir los ojos y darnos cuenta que está nublado y que lo que menos amerita el pinche día es levantarnos y hacer todos los preparativos para ir a trabajar. Que vanalidad ni que nada: si no vas no comes wey. Como huracán, se quitan todas las cosas del suelo buscando una cartera y pepenando los documentos que se consideran necesearios. Las necesidades biológicas, de todo tipo, piden ser cubiertas. De alguna manera que no se sabe como, pero puedes llegar a tu trabajo con solo media hora de retardo (conciente de que podría haber sido más), solo para descubrir que con quién checas la entrada no asistió el día de hoy, por lo que hubiera dado lo mismo llegar a tiempo que 3 horas más tarde. Y ya una vez, que uno se siente frente al monitor ¡uff! Se da cuenta que algo olvido, en mi caso, este caso, se me olvido el borrador del escrito que iba a poner, por lo que tuve que recurrir a toda esta parafernalia para justificarme ante mí y ante ustedes.

No obstante, si he de dar un aviso no muy importante por cierto. Incluiré, próximamente, otro género al blog como narrativa o cuentos cortos en los que me aprovecharé de la licencia poética. Aclaro eso por que luego, sin bien son proyecciones, no quiero confusiones. Sobra decir que cualquiera que escriba lo que escriba y como lo escriba, está exento de decir mentira o verdad, ya lo decía Platón, los poetas mienten demasiado. No me siento un poeta, lo cuál me da legitimidad para mentir mucho más que los poetas.

Ahora tendré más acceso a Internet así que confío en poder publicar más seguido. Les mando un saludo a todos y espero sus comentarios.


Curioso pero me he dado cuenta hasta el final que este es el escrito número 100 y como odio las retrospecticas (sea en fin de año, en cumpleaños o en cualquier ocasión) mejor espero que alguno de los lectores me invite unas cahuamas o un tino y nos vayamos a celebrar!

Cassandra, o de la pérdida de El Filósofo

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Carlicles: Dime ¡oh Cassandra! de Tlaquelesbos ¿por qué vienes anegada en llanto y con paso lento y dolorido? ¿Qué te ha llevado a cortarte el cabello y tupir tu cabeza de ceniza? ¡Desdichada, émula a Sísifo en sufrimientos!

Coro: ¡Ay, Ay de nosotras! ¡Ya no hay sol! ¡Todo es oscuro para quiénes han sido abandonadas!

Memógenes: La angustia de Kierkegaard las acosa, ¡no pueden dejar el llanto! ¿¡Acaso es necesario resucitar a Schopenahuer para demostrarles que todo es representación!?

Car: ¡Déjate de ardides seguidor de lo absurdo, refutado has quedado por el filósofo del superhombre! Pero ustedes mujeres convenzan a Cassandra de que levante la mirada y nos dirija la palabra, pues pasmados estamos por su estado.

Se junta el coro en derredor de Cassandra.

Coro1: ¿¡Ay mujeres podemos dejar este luto maldito!?
Coro2: ¡Ánimo dejemos los alaridos!
Coro: ¡Venga gran filósofa: cuenta la desgracia que nubla tu existencia!

Cassandra levanta la mirada y se dirige a Carlicles a Memógenes.

Cassandra: ¡Cuéntome ya entre los seres más desgraciados que viven en los reinados de Helios! ¡Ay ay ay de mi!

Coro: ¡Ay ay ay de nosotras! ¡Arruinadas estamos!

Cas: ¡Se ha ido!

Coro: ¡Solas hemos quedado!

Mem: ¡Por la voluntad no nos dejen así! ¡Decidnos, oh mujeres, ¿qué ha pasado en Guadatenas?!

Cas: ¿Cómo? ¿No se han enterado?

Coro: Cegados están. No saben la desgracia que ha acaecido.

Car: Pasmado estoy, ¡Poseidón ha movido la tierra y no me he dado cuenta!

Coro: Seamos pájaro de tormentas, ¡aves de malagüero! ¡pitonisas de la desgracia!

Cas: ¡Se ha ido! ¡El más grande filósofo de estas tierras!

Mem: ¡Ay ay de mí! ¡El aire se nubla a mi alrededor! ¡Las ansías de vivir (que de por sí eran pocas) se van como la primavera hacia el invierno!

Car: Rasgo mis elegantes vestiduras, mis ojos no contienen el llanto más.

Coro: Lo han comprendido. La lumbrera de su luz nos ha dejado y a partido a otras tierras Francia de Mitilene, lugar de alta sapiencia, cuna de Palas.

Mem: Jorge de Manzania: ¿qué hemos de hacer sin ti? ¿quién con finos vinos entre simposios suculentos nos perderá?

Car: Juan Manuel de Negretinides, ¡perdida invaluable! ¿¡Quién nos bailará ahora en el Liceo!? ¡La derecha de la izquierda no he de distinguir más!

Cas: ¿A quiénes mencionan guadatenienses?

Mem y Car: ¡Al más grande de todos los filósofos!

Coro: Discrepan y gravemente hierran, ilusos.

Cas: No es ninguno de esos a quiénes nuestras cabelleras hemos ofrendado.

Coro: ¡Hermosos cánticos elevaríamos a Afrodita si con nosotras lo retuviera!

Mem: Pido que Apolo me ilumine pues juro por égida que no entiendo nada.

Car: Cuando poco se sabe, mejor es callar.

Cas: Pues no he hablado de otro que de El Filósofo, El Alcibíades del Liceo.

Car: El búho de Palas sigue sin emprender el vuelo.

Coro: ¿No lo vez tú que eres hombre? ¿No se supone tu intelecto es más fino que el nuestro?

Cas: No hablo de otro que de el gran Octavxágoras, émulo a Ulises en ingenio.

Coro: ¡Por él nuestras lágrimas hemos derramado! ¡Su ausencia pide a gritos que vengan del Hades por nosotras! ¡Su viaje lo hemos de llorar como si la muerte propia fuera! ¡Llenas de lamentos seguimos en procesión!

Mem: ¿Pero que pretenden mujeres dolientes? La pena no es tanta, ni debería embargarlas, que por cada persona que no le es grata a Palas y se marcha son mil bendiciones las que gana nuestra morada.

Coro: ¡Ay ay ay! ¿Qué hemos escuchado? ¡Lengua bípeda! ¡La Discordia tienes por compañera! ¡Lloramos al que dicho honor merece y nada más!

Cas: Hemos de llevar este arreglo de flores a la sede del Liceo, donde Agustínides de Lesbos espera para el luto continuar.

Coro: Y entre lágrima y lágrima, los dioses se apiaden de nosotros, que cuando un filósofo de dicha calaña se pierde, el cielo todo llora, los dioses se entristecen.

Cas: Hemos de pedir una esfigie, un busto algo que le recuerde tan grande ha sido su paso por estas pobres tierras.

Coro: Y nos deja, como sus hijas abandonadas.

Coro1: ¡Ah! Y recuerdo aquellos tiempos en que por estos pasillos andaba.

Coro2: Su sapiencia distribuía con singular gracia.

Coro: Y ahora vednos desgarradas, ¡ay ay ay! ¡Que el dolor no se acaba nunca!

Cas: La pérdida del que es valioso a todo el Liceo anega, pero doble es nuestra tristeza filósofos, pues el Filósofo, ha partido, elevemos el clamor al portador de la Égida.

Casandra y Coro: ¡Ay, ay, ay de nosotras!

Cassandra y el coro se alejan

Car: Que el poeta ha mucho tiempo que lo dijo con gran acierto: “El silencio es el ornato de la mujer”.

Mem: No entiendo, mi buen amigo, ni el porque lloran esas mujeres ni la razón de que al que nombran El Filósofo se haya ido.

Car: Dos cuestiones planteas en una sola pregunta, pero examinémoslas más de cerca.
Mem: ¡Por Zeus que es necesario!

Car: La primera parece ser una dificultad menor, las mujeres lloran por aquél: ¿No es la mujer de naturaleza pecaminosa al grado que el hombre se rebaja al casarse con ella y ella se eleva al casarse con él?
Mem: No puedo poner objeción a tu razonamiento, aunque agregaría, como dice otro filósofo que para tratar con ellas es necesario el látigo.
Car: Así es querido amigo, y es por eso que yo no las trato, no es mi apariencia la que las ahuyenta, es mi innecesidad de esas criaturas. Así que te propongo no abordemos esa parte de tu cuestión, tan absurda es como la filosofía que te gusta predicar.
Mem: ¡Por el Can, así es!
Car: Queda entonces la otra cuestión.
Mem: Esforcémonos pues, vale la pena.
Car: No apresuremos amigo mío, necesario es el camino lento para el filósofo como al niño el gatear. Necesario será definir si aquél que se fue se cuenta entre los que se llaman filósofos.
Mem: Cuestión clara y distinta es responderte ¡oh Carlicles!
Car: No me lo parece, he de confesarlo.
Mem: Un criterio basta para saberlo.
Car: Perplejo me tienes, habla ahora.
Mem: No lo era, no sabe nada sobre Schopenhauer.
Car: ¡Por Hera! Clara ha quedado la primera cuestión, ninguna duda opongo a tu razonamiento tan perfecto, claro y conciso.
Mem: Olvidas la coherencia amigo mío.
Car: Lo he olvidado, pero algo quisiera proponerte, más no estoy seguro de que tu quisieras aceptarlo.
Mem: Habla sin dilataciones.
Car: Lo has dicho, pedirte quisiera si podríamos partir del supuesto contrario de lo que has afirmado, para que nuestra conclusión se vea reforzada en el caso de que sea acertada al vislumbrar la mejor de las opciones posibles, siendo que todo parecería indicar que es la peor la que impera.
Mem: ¡Por Zeus, Carlicles! Me habían hablado de tu gran ingenio y tus exquisitas clases de latín, pero no sabía que tu intelecto se expande, como el universo, hacia todos los lugares. Claro que acepto pedagogo mío, esforcémonos.
Car: Dime tú, Memógenes de Sonolón, si cuándo se cultiva ¿se hace o no con esmero?
Mem: Necesariamente.
Car: ¿Y no se busca acaso hacer rendir los mejores frutos a la tierra receptáculo de nuestro trabajo?
Mem: ¿Cómo no Carlicles?
Car: Motivos puede haber mil, pero supongamos que nuestro causa principal es darle de probar a alguno de nuestros vecinos lo mejor de nuestra cosecha. ¿No será entonces que el anhelo debe de ser mayor buscando frutos de mejor calidad?
Mem: ¡Por Zeus que sí Carlicles!
Car: Hemos de aceptar que si en nuestra cosecha alguno de los frutos no sale con la calidad adecuada para ser compartido habremos de guardarlo, y si fuera necesario enterrarlo tratando de no dejar huella de él.
Mem: Es como tú dices, amigo.
Car: Pues errados estaríamos si quisiéramos ofrecer ese tipo de frutos a nuestro vecino.
Mem: Me parece evidente.
Car: Ahora bien, habremos de decir que es este Liceo una especie de cultivo de almas, con que buenas intenciones sendos jardineros bajo la tutela de una élite, dedican con su esmero sus esfuerzos.
Mem: Creo que se puede aplicar nuestro razonamiento anterior tal y como tú lo haces.
Car: No obstante, como en toda cosecha hay frutos que salen bien, otros tantos mal. Pero dejando esto de lado, ¿no debería el Liceo seleccionar las mejores almas de sus cultivos si quiere compartirlas a su vecino?
Mem: No parece que pueda ser de otra manera.
Car: Y dime, amigo del existencialismo, ¿no sería ridículo que alguien se esmerase contra todo en llevar lo peor de su cosecha y pretender hacer un festín con su vecino?
Mem: Necesariamente.
Car: Y escucha esto con atención: ¿no sería más absurdo aún, que uno de esos frutos pretendiera marchar solo al lugar que desee?
Mem: Me remontas a Esopo, pero he de afirmar que si.
Car: Peor aún, un fruto que se sabe a sí mismo no ser de tal especie pero que poco le importa su valía…
Mem: ¡Por Zeus!
Car: ¿Es entonces necesario concluir que dicha acción encuentra algo que no es propiamente racional, sino que remite a cosas que no atañen a la luz de nuestros intelectos?
Mem: Entiendo, pero aún no logro poder aplicarlo a nuestra situación.
Car: Como dice Píndaro: Presta atención. Cuentan los antiguos que Cronos tenía un sirviente, mortal o inmortal no se sabía, que le era útil en todas las cuestiones para mantener subyugados a los demás dioses, labor que le proporcionaba muchas ventajas. Pero entonces vino la rebelión de Zeus contra su padre quien le hecho y se instauro como dios supremo, pero en lugar de echar a ese sirviente de Cronos, viéndole que le podía ser útil de alguna forma y persuadido por su actitud de extremo servilismo, lo acogió en el Olimpo. Los demás dioses no comprendían la elección del guardián de la égida, pero temerosos evitaban al sirviente. Se cuenta entre otras cosas que Jorge-Dyonisos, en furia contra él exploto, blasfemó al dios Heidegger. Más pasado un buen tiempo, y probando que dicho sirviente ya le era en extremo fiel, Zeus decide cumplirle el deseo que quiera. El sirviente, sabiendo que Zeus habría de acceder a su petición, en seguida pide le envíe a la tierra donde brota la ambrosía y los dioses son más felices. Mas aquel lugar solo podría ser llevado por Zeus, le estaba denegado el acceso a los demás dioses, solo podrían aquellos con el favor de Zeus. Éste acepta gustoso y lo envía allí por un año, sin siquiera inquirir sobre la naturaleza de dicha criatura…lo demás no me pidas que lo recuerde, ha tanto tiempo de esta historia que solo esto me han traído las musas.
Mem: Hagamos libaciones, con acierto has hablado.
Car: Ahora encaminémonos al templo de Diké, pues ha sido violada nuevamente…

Sobre el desear

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Saludos:


Para Carlos de Atenas


y su discípulo y efebo Memógenes.


Para Nano y su Dasein aristotélico.


Para Dídac y sus deseos pintados (y escritos!).


Para Omar y su anhelo por más sexualidad.


Para Neator y su desear apagado (aparentemente).


Para Anuar y sus deseos dionisiacos.





Schopenhauer lo sabía… más ¿por qué se le acusa de pesimista cuando su pensamiento es más claro y distinto que el del mismo Descartes? Multitud de deseos, la mayoría, no se pueden saciar, algunos sí. Pero cuando logramos satisface uno, el placer dura apenas un instante cuando fugazmente desaparece, y no es eso lo que duele. Lo que angustia es la aparición de un nuevo placer (¿o nuevos placeres?) que exige ser saciado a la brevedad. Por más que se tenga mesura, esto sucede una y otra vez, lo cual nos parece, a Schopenhauer y a mí, absurdo.

Nietzsche ama la vida, quiere más, siempre más; al grado de afirmar que si tuviera que repetir su vida (su ciclo de vidas) lo haría una infinidad de veces. Es decir, que en esa infinidad de vidas quiere desear una infinidad de veces lo mismo, conseguir lo mismo y angustiarse (sí) por lo mismo: lo no obtenido. ¿No es, a todas luces, demencia? ¿Es una cierta dosis de masoquismo? Ciencia jovial no es, más bien: inocencia… la inocencia del santo decir si del niño que crea los nuevos valores (¡Pero también desea!), pero más que inocencia ¿no es ignorancia? Ha nacido deseando para no satisfacerse nunca. Nietzsche replica: lo que importa es el sentir que la voluntad de poder vence un obstáculo. Más, ¿el vivió sintiendo así? ¿No amó a Lou Salomé y a Cósima Wagner? A decir de algunos: ¿no quiso fusionar a Dyonisos y a Cristo? Estos son dos deseos concretos de un desear meramente remisional (a decir de Husserl, respecto del pensamiento, intencional). Es una estructura “humana, demasiada humana” que siempre esta allí, como flagelo interminable, como fuego que no se apagó, pero arde.

¿De qué le sirve a la voluntad sentir que ha derribado otro obstáculo para alcanzar su deseo si hay infinidad de deseos? ¿Cuándo se detendrá? ¿Con la mirada haciendo bellas todas las cosas? ¿No es acaso el hombre una máquina programada para sentir deseos con la lógica y los algoritmos de lo absurdo?

¿Hay alguna diferencia entre una existencia auténtica e inauténtica? Desde el punto de vista de este desear constante, habríamos de asumir que, en una existencia cotidiana se siente los deseos impuestos por la dictadura del Uno (para simplificar, malamente, del sistema) y en una auténtica, los propios. Cambia el origen, efectivamente, pero el mecanismo torturante sigue allí.

¿Qué nos lleva a esta continua lucha por obtener lo que deseamos? Y no supongo una voluntad que elige lo que desea. ¡Nada más estúpido! ¡Total encubrimiento! No… los deseos brotan con asombrosa espontaneidad, como las espinas de las rosas. Y siempre se hacen acompañar de la Angustia, maldita entre los dioses, por tener que satisfacerlos (no deber…tener explica más la sujeción de la voluntad). Es un imperativo que la voluntad, al instante hace suyo sin pero que valga la pena.

¿Da lo mismo satisfacer o no satisfacer dicho deseo? Werther nos enseña que no. Ama (esto es, desea) a Carlota… Deseo imposible de satisfacer, que le enloquece. Tras muchas situaciones el seseo aniquila a Werther: se suicida. Ha sido incapaz, por un lado, de satisfacer su deseo, y por otro, de desear otra cosa. Y, es que, hay deseos que por intuición se sabe que de no satisfacerlos nada será igual, nada PUEDE ser igual.

Tal vez Homero cuando afirma la miseria de la existencia humana, ha tenido tanta visión como Schopenhauer, más sin embargo su Aquiles sintió el aguijón de querer más vida aunque fuera la de un vil campesino: más existencia.

¿Pero no es está, otra cosa que el desear incesantemente? ¿Y el amor, no es así una cura? Werther nos ha dicho que no, y sabemos que los amorosos andan como locos, porque no encuentran: buscan, siempre vacíos de una costilla a otra solo con el aroma de la mujer que duerme con la mano en el sexo. ¿Y si esto, el amor, sublime aspiración humana, no es el dador del sentido de esta existencia deseante, habrá algo que se lo pueda proporcionar? ¿El hombre en sí?

¡Jamás! Sujeto ya está. Condenado, arrojado a este incesante desear. Y si el suicido es deseado también ¿no caemos en el mismo camino? ¿Es batalla perdida? ¿Derrotados habremos de afirmar, con Camus, que Sísifo era/es feliz?

No hay salida… La oscuridad cierra el alcance a los ojos de nuestro entendimiento, el saber que moriremos o el tetrafarmacon de Epicuro no nos da el consuelo necesario para continuar viviendo, eso es: satisfaciendo deseos mientras aparecen más y más: ¡Irónico! ¿Hace falta algo más para demostrar la vileza, futileza, efimeridad, desgarradura, levedad, oquedad de la existencia humana?


Imagen: Obvio que de Frida!!!

Oda a la destrucción

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Dime efímero mortal si has sentido alguna vez las ansias de la destrucción. Confiesa tus instintos más violentos que arrebatan de tu ser hasta los más altos ideales. Declara como la furia te invada y carcome tus entrañas, luchando por salir a la superficie. Sin más miedo, deja que toda la ira que hay dentro salga, pues busca reunirse con lo que todo se vuelve uno. Solo en la violencia desgarradora del ser se logra fragmentar el principio de individuación. Es en el caos de la destrucción, y no en la armonía del orden, donde encontramos la posibilidad de la plenitud. Solo los azotes que hacen brotar la roja sangre nos devuelven la humanidad perdida por los instintos sublimados hacia toda moral y, en última instancia, el amor. No son las ansias de evasión las que te invaden, las ansias de la destrucción las trascienden. En la evasión hay imposibilidad, en la destrucción hay posibilidad, pero dolor mucho dolor. ¡Que todas las cicatrices sangren! ¡Que las heridas no suturen nunca! ¡Vengan dioses, dadores de vida, y pongan sobre nuestras sienes la divina corona de espina! ¡No queremos crucificados ni ser crucificados: nuestro dolor y nuestra ira son más grandes que todo eso! Tampoco aspiramos al vía crucis, ni mucho menos a la tragedia: ¡lo primero que hemos roto son los rosarios y las máscaras! ¡Que nuestras uñas crezcan afiladas, que con ellas podamos cortar nuestras venas de un tajo! ¡Ah dolor e ira, hermanos gemelos paridos al mismo tiempo que la vida, vengan e impregnen con su esencia nuestra causa! ¡no más cáliz, nos provoca nausea! ¡Que corran los ríos de sangre!

A los amores desgarradores

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Detén tu beso caliente, antes de que toque mis labios querido mío. Basta de caricias, basta de cariños… Deja el amor, aparta la ternura. Y, te lo suplico, ¡hazme daño! Inflige dolor en este cuerpo insensible que, sin duda, no nació para el amor suave. Dulce ilusión es ésta, por eso no se marca en la piel. Que aquello que no duele, bien lo dice el refrán, no ha de servir. Pues yo de lo ruego: de fiel enamorado a verdugo feroz torna tu ser, que si el amor ha de sufrirse, dime entonces: ¿para qué es? ¡Que en las cantinas cante yo toda la desilusión! ¡Que noche tras noche perdido me encuentre en el alcohol! Así, escrito y cantado está. Todo lo demás, todo lo demás: ¡no lo conozco yo! Sea el azote de tu desprecio mi pan de cada día. Erígete en el camino con espinas sin fin que he de transitar. Que si sangre no se derrama por el amado, éste no nos debe de escuchar. Deja pues que corran las lágrimas como torrente, no me pidas más que sea feliz si mi esencia es ser-sufriente. Ojala pronto la locura me cambie, de suerte que tú, con el desprecio que te pedio, así me hables. ¡Que en las cantinas cante yo toda la desilusión! ¡Que noche tras noche perdido me encuentre en el alcohol! ¡Que el amor del que hablaba Rimbaud jamás se reinventó!

De café y de amor

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A cada sorbo de este buen café, me doy cuenta que te quiero más y más. Mi alrededor se nubla y te veo frente a mí, mientras el caliente fluido se encuentra en mi boca. Pienso en la luz de tus ojos iluminando la noche, en tu boca apagando la sed, mi enfermedad cuasieterna y tus brazos aferrándome a la existencia. Más que cafeína, pareciera alucinógeno: pero el efecto es detonado por el sentimiento que me hermana a ti. Placer inmenso, solo podría ser superado por tu presencia patente, pero en este momento tu evocación dota a mi ser de nuevas ansias, nuevos deseos de asir mi mundo y el tuyo, sin que dejen de ser eso: dos mundos. ¡Dicha que se antoja eterna! ¡Café no te acabes! Lo raciono, últimos instantes de gloria, pero me quedaré en las nubes: con el sabor del café en mi boca y tu imagen en mi mente…



De café y de amor, claro sentido frente al error.
De café y de amor, bálsamo por las heridas del dolor.
De café y de amor, nuevo tópico del interpretador.
De café y de amor, la imagen bella del pintor.
De café y de amor, los sonidos nuevos del cantor.
De café y de amor, que no diga nada quien no sabe de honor.
De café y de amor, digamos adiós al terror.
De café y de amor, ya no hay más destructor.
De café y de amor, así el fin y el principio de esto, sella el escritor.




A menudo, hacen falta metáforas para expresarme. No me jacto de haberlo conocido todo, pero algo sé de la vida: en cortos instantes se ha sentado al lado mío y terribles y profundos secretos me ha contado. Pero expresarlos ha dejado de ser la eucaristía de mis días. Harto tedioso se ha vuelto, bastante repetitivo como la vida misma. ¿Faltan formas o contenido? Lo cuestionable, nuevamente, es el sentido de expresar el sentimiento mismo. Alguna vez lo dijo Camus, lo que le hace falta tanto a los momentos tristes como los felices es un punto de explicación. Y creo que me encuentro en el momento en que mi ser entero clama por ese sentido, antes solo a nivel conciente pero ahora ambas divisiones se desgarran mostrando el abismo que se vuelve la existencia en sí misma. Juro que no le entiendo a Nietzsche, la alegría y el eterno retorno de lo mismo no puedo interpretarlo (y sentirlo, en la más amplia significación de la palabra) más que como absurdo derivando de ello tedio, spleen y levedad. He observado, con mirada escrutiñadora, dicha circularidad más aún: la he vivido. Y ¡ay de mí! ¿cómo enfrentarla? ¿se puede escapar de ella? A menudo, hacen falta metáforas para expresarme…

Otros tiempos

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Hace no mucho, tenía la intención de escribir una oda tan rítmica como una balada, ¡es más!: una sinfonía completa al dolor lacerante de la existencia: la orquesta y las partituras estaban listas pero yo, agotado director, no encontré por ningún lado la batuta: tal desgarramiento inundaba mis miembros fatigados, convalecientes de vitalidad. Ahora, con la torpeza del principiante, entono mis primeras notas inspiradas por nuevas musas, letras diferentes son escritas por la misma pluma vieja de mi escritorio, que utiliza la sangre, fluido de mis venas. Como los primeros sonidos del que aspira a entonar las más bellas tonadas, asó son estos primeros grafemas: un tanto toscos, pero llenos de una vitalidad nueva, que se re-nueva, pero que no alcanza su plenitud. Un inicio, del clarear del sol por la mañana. La siguiente fase del ciclo: "¿Era esto la vida? ¡Bien! ¡Otra vez!"[1].







[1] Nietzsche, F.

Un beso

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Y va con dedicatoria...








¿Qué siento cuando te beso? Escribo la primera frase en mi mente, como una manada de pájaros pasando por el horizonte. Tus labios…-ríes con un dejo de molestia. Acometo de nuevo tu pregunta: A ti, todo tú, y antes de que interrogues anticipo: pero no como algo separado sino como alguna parte de mí: siento tus labios húmedos recorrer los míos, mientras cierro los ojos dejándome guiar por las caricias fugaces de tus manos que transitan cuerpo, cara, brazos, produciendo un torbellino de sentimientos que detonan en la esterilidad del no producir una imagen. Ahora me vez perplejo. ¿Quieres que continúe? Un tanto asustado, respondes afirmativamente. Siento la eternidad en la fugacidad con que trascurre, apenas pasan segundos, a lo más minutos pero yo he vivido más tiempo con tus labios cerca de mi alma. Cuando nos separamos, allí también el tiempo se vuelve eterno, mi ansia por besarte se ve delatada con mi mirada fija sobre tu rostro resplandeciente. Quieres más, quiero más: ambos lo sabemos, así que completamos nuestro deseo. Pero después de eso, una nueva necesidad brota en mí: abrazarte, sentirte en todo mi cuerpo. Y es justo en ese abrazar, donde veo la fusión de la ternura y sensualidad que provocas. Apenas dura poco, pues tus labios me buscarán nuevamente y yo, sediento de ellos, los aceptaré como el agua necesaria del oasis de mi desierto vital. Mientras ocurre, tomo tu mano la acercó a mi corazón, para que le acaricies. Pero es tu beso el que me incita a todo ello, tu beso despierta mi corazón, poco antes de tu llegada, dormido. La sangre vuelve a fluir, las sensaciones renacen y brotan como los capullos en la primavera. ¿Y qué otra cosa podría ser ese beso sino a un tiempo: agua, fertilizante y tierra de la semilla de mi alegría? No enmudezcas, que el rubor no invada tu cara y que tus ojos no dejen de mirarme. Mejor acércate y probemos si he dicho verdad con toda esta banal palabrería.


17 de marzo, el petróleo es nuestro

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Sí, participamos en la marcha en repudio por la privatización del petróleo en Guadalajara de la que poco o nada se supo a nivel nacional. Tal vez sería porque no fuimos muchos pero la labor estuvo allí. Le mentamos la madre al espurio hasta que se nos inflamó la garganta, coreamos que el petróleo era nuestro y que mejor vendiera a su chingada madre como lo expresa una de las imágenes que adjunto. Pero ¡oh sorpresa! Al final de la marcha toda la pléyade política de cierto partido de izquierda se hizo presente: exfuncionarios, excandidatos y pues lo que parecía algo popular pasó a otro rubro. Y no es que yo recriminé su participación, sino el como se presentan, no como una persona cualquiera sino como “el excandidato a gobernador…” y otros títulos nobiliarios que lejos de aportar restan al movimiento. Se nos olvida que la bandera es PEMEX y el petróleo y no ninguna otra, que todos como mexicanos nos lanzamos a su defensa y no como afiliados a tal o cual organización. Mucho se critica sobre la función de las marchas y su verdadera utilidad, pienso que solo es un paso al activismo quienes niegan que este sirva de algo pienso que enmascaran su pasividad con argumentos de dudosa procedencia (como las intenciones de Calderón) criticar es fácil: pero ¿qué tal proponer? De acuerdo: se necesita organización, redes, pero también necesitamos gritar y decir: “No lo vas a hacer, al menos no con mi silencio y mi consentimiento pleno”. Pienso que esta es la última llamada para el pueblo mexicano, están las condiciones para comience a reactivarse su instinto de vida sino lo hace creo que a la propia sociedad le importa un bledo su existencia, que prefiere continuar hundiéndose y dejando que fluya su instinto de muerte. Esta vez, el inactivismo y la no preocupación por las cosas que atañen directamente a la gente puede costarnos nuestra soberanía, la poca que queda. Estamos frente a una situación histórica, nosotros decidimos que papel queremos jugar, desgraciadamente el tiempo no nos dará una segunda oportunidad…



Fenomenología de la desesperanza

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La desesperanza comienza con un leve sacudimiento que revela un hueco interior que duele. Desconocemos que había (o pretendía haber) que no está y que molesta, provocando una picazón en el alma. Poco a poco los lagrimales comienzan a trabajar conforme reconocemos la causa de nuestra angustia: hay un corto en nuestra intencionalidad, deseamos algo, algo que no hemos podido obtener. Pero el asunto no es solamente eso, la desesperanza no exige un duelo cualquiera al no obtener el objeto deseado sino que exige, y esta es su nota esencial, un duelo espaciado a través de la vida de la persona que la padece. Un duelo por no poder tener cualquier cosa que remita a ese objeto, pues la sensación aparecerá siempre al faltar la cosa misma en la evidencia de cualquier accidente. Esto nos remite a una sensación de anhelar, desear compulsivamente de sentir una auténtica necesidad de tal o cual cosa, incluso llega un momento en el que la dignidad se apropia de nosotros y ya no pedimos, exigimos aquello que tanta falta nos hace. Fugaz instante, la realidad como balde de agua helada cae sobre nosotros y nos informa de una situación tan clara y distinta que no se puede dudar: hay una diferencia, una distancia ontológica insalvable entre nosotros y lo deseado, entre el anhelo y su satisfacente. Solo entonces viene la nota clave de la desesperanza: el ejercicio de la voluntad en negarse a sí misma, esto es: invalidando los deseos que brotan de ella, como las flores en el campo. Aparece la desgarradura del ser, al enfrentarse a una imposibilidad inherente de completarse, esto es: de realizarse. La cabeza se agacha, suman años de peso a la espalda del anémico de esperanza y poco faltaría para que se le confundiera con un cadáver. El sentir se vuelve amargo, el yo se descubre como algo que siente, pero para eso necesita sentir con un referente que no sea él, el sentir-se siempre ha estado allí, pero sabe ahora que no es una mónada, que necesita de los otros. La paradoja es que se da cuenta de ello justo cuando es conciente de que no alcanza ese objeto que forma parte de los otros o de lo otro, más propiamente. El ansia vital es truncada en su flujo operante, para quedarse nada más en el padeciente en quién ocurre una transmutación de sentimientos: la esperanza se torna en desesperanza, la alegría que parecía acercarnos al objeto en angustia que termina por separarnos de él. Si angustia, retomémosla pues parece vincularse con la desesperanza. La angustia se siente como un temblor, un escalofrío más o menos permanente en el cuerpo de la persona, un estado de fragilidad constante: un movimiento que parece no efectuarse pero que tiende, sin llegar a ello, a derrumbar al ente. También hay una incesante necesidad de negación de realidad, ya sea interna o externa, de la cual surgió dicho sentimiento; marca un desencanto matizado por una honda tristeza y un terror de que nuestros más profundos presentimientos se conviertan en realidad. Eso es común a toda angustia, pero a la angustia de la desesperanza habríamos de marcar que ya en ese instante nuestras sospechas se han hecho patentes: la separación de una realidad que duele, pero es un distanciamiento completo, por lo que se trata de una angustia con desesperanza, donde ambas ya no se distinguen y que llamamos desesperanza. Imposibilidad, desgarradura, temblor, fragmentación, incompletud, angustia, temor que se reflejan en un añorar, un estar-añorando, un siempre-estar-soñado donde el objeto siempre se idealiza, con la fantasía de que sea más nuestro, pero siempre se está conciente, no se abandona el saber que no es para nosotros, no hay cabida para las ilusiones, el “algún día”, “tal vez” no tienen sentido el “nunca” se inscribe como norma de acción. El hogar, que anteriormente era el mundo, se convierte en un claustro monadológico con jardines de efimeridad y un horizonte abierto de amargura, no hay más color que la desesperanza…







Joaquín Sabina - Calle Melancolía

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Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.


Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.


Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.


Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.


Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.


Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.


Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse,
soy esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.


Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.

Cuestiones básicas

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¿Cómo desterrar del ser la locura?
¿Cómo hacer asequible la tranquilidad
al que se disuelve en el caos del mundo terreno?
¿Se puede realmente amar en la vida?
¿Qué sentimiento debe embriagar al corazón para agarrarle el gusto al destino?
¿Cuál sendero lleva a tan elevado lugar?
¿Dónde se encuentra la fuente cuya agua sacie la sed existencial que me mata?

¡Luz, Luz!

Busco claridad y solo tinieblas cercan mi horizonte.
Busco evidencias y confusiones asaltan mi razón.
Suave consuelo…¡Cuánto te anhelo!
Tanto dolor me tortura. Y solo una voz escucho:

“Esperad…aquí también hay dioses…”

Saludos

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Pues sigo vivo, para gusto de pocos, resistencia de muchos e indiferencia de más. No he podido conectarme como a mi me gusta, tanta ocupación, pero ya llegará semana santa, tengo varios bosquejos para escritos pero la verdad no los traigo ahora a la mano. Agradesco a todos los que me han comentado y ha quienes les debo una respuesta les pido chance....Saludos y por aquí andamos...

Angel Promiscuo

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Te debía un escrito, desde hace mucho tiempo atrás mi pequeño ángel: seductor y promiscuo como solo tú sabes serlo. Solo que las ideas se han dispersado un poco y el sentimiento, para bien, atenuado está. Pero haré un esfuerzo. ¿Cómo no he de comenzar con tus ojos? Con aquel par de luceros que combinan una vaga alegría con la desesperación por el existir. Cual figurilla de jade te eriges, elegante y bello, intocable para muchos pero abierto a las caricias lascivas de otros muchos que eliges como el quiño que busca un nuevo padre. Tu bailar, ante todo inocente, tiene una breve pizca de sensualidad: la de un infante disfrazándose en fogosidad. Tu buscar, fácilmente detectable, asquerosamente obvio, es satisfecho en cada noche: antes de que se ponga el alba, pequeño ser, irás en el asiento del copiloto, adornado el coche del que minutos atrás era apenas un desconocido para ti. Niño, aún recuerdo cuando a mi oído hablaste: tu voz bella y melodiosa cual canto del zenzontle o del ruiseñor, a la cual presté toda mi atención. Ángel de otras tierras decías ser, en eso igual a mí. Pues ahora lo sigues siendo: tus geografías con la carne del desconocido, el miembro del maduro, las sábanas de innumerables moteles y casas, los plásticos protectores arrojados al lado de la cama, las superficies de los besos furtivos, tu virginidad perdida y renovada al amanecer. Tu ser, antes tan etéreo, ahora se vuelve efímero y asquerosamente vulgar. Y tus tierras, oh extranjero, no son las mías y de tu ser, oh leve criatura, como de otros similares, huyo vertiginosamente.

Gracias por la imagen a Dídac


Hojas y nefastitud

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A lo lejos cae una hoja marchita estrellándose con el suelo, no es que muera cuando toca la tierra: la vida hace tiempo que la ha perdido. Pero en ese oscilar por el aire, recuerdo los espirales, con esa misma tendencia a caer, en los que se desarrolla la vida humana. Basta un breve soplo para arrancar de su lugar incluso a la hoja más viva. Hay más que llama mi atención: la hoja sin vivir, continúa compartiendo el espacio con las otras, aún rebosantes de jovial verdor: amarillenta, sin vitalidad, sin savia que le recorra; ya es poco más que polvo, más sin embargo es parte de aquel frondoso y a todas luces, ente vivo. ¿Cómo pueden convivir muerte y vida en la misma rama? ¿Acaso es que hay humanos muertos conviviendo con los vivos? ¿Personajes cuyas ilusiones carecen del influjo vital, tomados de la mano con otros iguales? Y ¡oh gran absurdo! vivos queriendo morir, tomados de la mano con los que nacieron muertos, abortos de hojas, frutas que han crecido podridas simulando alegre sabor y cubriendo elegantemente su fastuosa oquedad.

Rueda mi mente

Author: B. Rimbaud / Etiquetas:

Casi no te conozcoy no te dejo de pensar
estas tu en mis palabras
rueda mi mente donde estas
casi no te conozcoy no te dejo de pensar
.
¿Sabes? La verdad es que no soy gay.
Dijo con una voz un tanto insegura, mientras una leve risa se escuchaba en la bocina.
- Tu no dijiste que eras gay, dijiste que eras bisexual ¿recuerdas?
- Bueno como sea, el chiste es que es un momento por el que todos debemos atravesar.
La picardía que debía suponer la frase, no se desarrollo.
- Y esos momentos, ¿son por temporadas? ¿fechas? ¿ocasiones especiales?
- Pues mejor lo hablamos cuando nos veamos ¿va?

Rafael no sabía como tratar esa nueva situación en su vida. Los encuentros furtivos en otros lugares habían sido lo suyo, pero ahora esto que aparecía traía a la luz nuevos conflictos para si. ¿Qué era lo suyo? ¿Hombres? ¿Mujeres? ¿Qué implicaba tomar tal o cual decisión?

Estaba seguro de que Alberto le gustaba, le parecía atractivo y nada que pudiera normalmente disfrutar. Incluso por eso había tomado la determinación de ser él quién propusiera la actividad para ambos. Pero no sabía que pasaría realmente.
Dicen tus ojos algo
muero de curiosidadcomo seguirte al paso?
como saber a donde vas?
Casi no te conozco
y no te dejo de pensar

Las horas pasaban, los cigarros se iban terminando proporcionalmente con los segundos. A lo lejos, se escucha el sonar del timbre. De inmediato se reincorporó para abrir. Eran amigos. Después de saludos, acepto su invitación a salir, justo media hora antes de pasar por Alberto.

Pláticas sobre los eventos recientes, mientras Rafael seguía pensando en lo qué estaba por ocurrir. Participaciones en la plática para el disimule:
- Sí, yo solo me tomé 2 de tequila.
- Aún quedan vacaciones.
Y otras frases que cumplieron su objetivo.

8 minutos más tarde de lo propuesto, se encontraba fuera de la casa Alberto, y éste a su vez se encontraba afuera como lo habían pactado. Fue éste quien se quedó sorprendido. Pues al qué esperaba no venía solo como él había propuesto, sino en compañía de personas que si bien le eran indiferentes, no brindarían el espacio adecuado para la plática que se habían propuesto. No obstante, no le quedó de otra y se reunió con el contingente que se le presentaba.

Rafael no sabía por donde empezar, apenas algunas platicas referentes a las fiestas. Alberto, más sincero y decidido, abandono la reunión ante un atónito Rafael. El resto de la noche, resultó ser tan parecida a las anteriores: la música, el alcohol, la gente, etc. que nadie notó la ausencia de la personalidad que era característica de Rafael, perdido en sus pensamientos.

El día siguiente, Rafael pasó varias veces por la casa de Alberto esperando toparlo aunque sin saber precisamente que haría si aquello llegara a suceder. Después, otra fiesta logró entretenerlo y con unas cervezas encima, se fue detrás de una camioneta con sus demás amigos.
Dejas al paso huella
que yo sigo sin dudar
Como saber si sientes
lo que yo siento si te vas?
Casi no te conozco
y no te dejo de pensar

Ya pasado de copas, y sin poder agarrase, pidió a otro de aquellos amigos que le gustaba. En el transcurso, pasó por casa de Alberto quién extrañamente estaba afuera de su casa. Como pudo, Rafael se quitó los brazos de aquel amigo y trato de voltear la mirada hacia otro lado fingiendo no mirar a Alberto, que no pudo disimular su cara de decepción.

Copas más tarde, Rafael lamentaba su actuación y se dirigía a casa de Alberto. Que importaba que fuera tarde. Tenía que decirle que quién le gustaba era él, que la cita anterior había sido un fraude, que él mismo se sentía mal por lo que había pasado. Quería pedirle que esta vez si le diera aquel beso que quiso postergar para después y que no había llegado.

Tocó el timbre, cosa no hecha hasta ese momento. Todo le parecía tan caótico, que pasaría si los padres en lugar de Alberto, eran los que habrían ¿qué problemas habría de ocasionar para ambos? Pero toda duda se disipó cuando vio un rostro familiar.

Intercambiaron saludos, y Alberto no dijo palabra extra.
- Estás muy callado hoy.
- Pues no sé me ocurre nada que decir.
- Sabes, creo que la regué. Si quería estar contigo pero no sabía que hacer.
- Vaya, yo creía que ya se te había pasado ‘la’ temporada.

El cerebro de Rafael era un caos, tratando de hilar ideas que parecían inconexas.
- Es que si me gustas, pero…
- ¿Pero?
- No sé.
- ¿Sabes Rafael? Creo que fue un error, discúlpame yo también andaba demasiado ebrio cuando traté de robarte el beso en la fiesta, supongo que es mejor que dejemos de lado eso, ¿no crees?

Rafael sabía que en definitiva no quería eso, pero no se le ocurría más.
- Podríamos salir otro día.
- Me voy mañana, mis vacaciones ya se han termiando.

En definitiva todo se complicaba.
- Tengo que arreglar algunas cosas, nos veremos luego.
Le extendió la mano para despedirse. Rafael no pudo más y se abalanzó sobre él, besándolo para la sorpresa de Alberto que sintió los bellos y húmedos labios rozándole el alma.

- No te vayas.
Le susurró al oído.
- Quédate conmigo.
Imploró como un niño pequeño.
- Rafael, sabes que lo haría, creo que sobra decirte lo mucho que me gustas pero tengo que irme mañana, no puedo cambiar eso.
- Sé que desperdicie tiempo, pero entiéndeme esto no es fácil.
- Lo sé, pero yo también tengo una vida, y complicada.

Lo volvió a besar, mientras sus cuerpos se juntaban más, sin importar las personas que los observaban y que habían sido el supuesto impedimento para no concretar eso días atrás.

- No sabes cuanto te he esperado.
Fue Alberto quien tomó la palabra.
- No es poco el tiempo, pero ante la última negativa y tu actitud de hoy, creí que lo mejor sería resignarme.
- Sentí que te perdía…
- No puedo cambiar las cosas, mañana me tengo que ir Rafael.
- Por favor…no te me vayas, no ahora…
Rueda mi mente, no se detiene
presiento que ya no se detendra
todo termina siempre en tu nombre
rueda mi mente tras de ti
me temo que me voy a enamorar

Y se aferró a su cuerpo, como nunca lo había hecho con el de ningún otro humano (hombre o mujer). Mientras Alberto también sentía un ansía incontrolable de tenerlo a su lado.
- Podrías venir conmigo, unos días, si gustas…
- ¿Lo dices en serio?
- Claro.
- Tendría que ver muchas cosas.
- Piénsale, total ya tienes mi número.

Alberto lo acompañó a su casa. Ambos se tomaban de la mano. Rafael no podía ocultar lo conflictuante que era aquello para él, pero se sentía tan bien andar de la mano con aquel hombre que tanto le gusta. La noche se cerró con un beso, en las puertas de su casa.
Rueda mi mente, no se detiene
presiento que ya no se detendra
todo termina siempre en tu nombre
rueda mi mente tras de ti
me temo que me voy a enamorar

Nezahualcóyotl - Yo lo Pregunto

Author: B. Rimbaud / Etiquetas:




Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:


¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?


Nada es para siempre en la tierra:


Sólo un poco aquí.


Aunque sea de jade se quiebra,


Aunque sea de oro se rompe,


Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.


No para siempre en la tierra:


Sólo un poco aquí.


Nezahualcóyotl

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