Calle Melancolía

Author: B. Rimbaud / Etiquetas:

Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,por la ciudad camino, no preguntéis adónde.Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden. Las chimeneas vierten su vómito de humoa un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumode una fruta de sangre crecida en el asfalto.Ya el campo estará verde, debe ser Primavera, cruza por mi mirada un tren interminable,el barrio donde habito no es ninguna pradera,desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvíay en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,que viene de la noche y va a ninguna parte,así mis pies descienden la cuesta del olvido,fatigados de tanto andar sin encontrarte.Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo, ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;me enfado con las sombras que pueblan los pasillosy me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredaderaque no encuentra ventanas donde agarrarse, soyesa absurda epidemia que sufren las aceras,si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía. Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvíay en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Joaquín Sabina

El que vive de esperanza la esperanza lo mantiene

Author: B. Rimbaud / Etiquetas: ,

“El que vive de esperanza, la esperanza lo mantiene…"*








¿Qué pasa cuando Afrodita, Zeus, Dionisio, Hera, Apolo y todos aquellos dioses donde depositamos nuestra esperanza mueren?

Queda la esperanza flotando solo en el éter…aleteando como el espíritu del dios cristiano antes de la creación. Pero ésta buscara por todos los medios encarnarse a algo o alguien. Si lo logra, el individuo que le da su propia ansia vital ha sido salvado.

Pero cuando el individuo ve desfallecer ante sus atónitos ojos la esperanza que forjó tras mil noches en vela, derrama dos lágrimas y con el rostro, al igual que el cuerpo, petrificado no sabe que la causa eficiente de su vida se ha ido.

Ignora que se ha convertido en una cosa, apenas diferente de los objetos por respirar y deambular, que no moverse deambular. No sabe que si bien no ha perdido nada material ni vincular, al edificio que sostenía la llamada esperanza se le han arrancado los cimientos que llevan éste nombre.

¡Oh corazón! Apenas palpitaras, pero ni todo tu esfuerzo logrará que tu amo sienta tus golpes en su pecho, la sensibilidad se ha ido.

La pregunta sería: ¿es lo mismo hablar de esperanza y de sentido? Podemos estar solos: sentimental y materialmente, pero si hay un sentido en ello somos capaces de soportar tal situación. De la misma manera, si estamos esperanzados a que las cosas van a mejorar, podemos tolerar la circunstancia.

Por lo anterior, pareciera que si no son una y la misma cosa, son dos caras de la misma moneda, necesaria para comprar la vida del día a día. Perdida, el hombre se enajena, se pierde a sí mismo, ya nada le importa, ya todo le da igual. Es materia sin movimiento, pasividad eterna.

Las lágrimas fluirán formando ríos que no podrán contener sus antiguos límites; los ojos cansados de manar agua salada enrojecerán hasta el hartazgo.

Toda acción y decisión son vistas como lo mismo, es más o menos un nihilismo, pero no con la ilusión pérfida de éste, sino con un abandono que se da en automático que se da en la misma mente del individuo y que éste, per se, no lo desea.

El cuerpo se va jorobando, de suerte que podría decirse que en unos instantes han transcurrido años para el doliente. Su cuerpo pierde el vigor y su piel el aroma natural con que antes engalanaba aquel ente.

Si, inconciente de lo que ha perdido en ese momento, el individuo continúa actuando, puede que algún númen celeste se apiade y deje que la esperanza se hermane con él o le llevará suavemente a que encarne en alguna cosa del mundo sensible. Pero, por el contrario, el hombre se da cuenta de que en esa pequeña moneda ha perdido todo lo que era antes y logra hacerse la pregunta existencial cumbre: ¿Para qué vivo?, ya no habrá marcha atrás.

Buscará como un sediento en el desierto el agua que alivie su necesidad urgente, probara aquí y allá: de un pozo y de otro; hasta verse saciado. En esa actitud la vida aún es sufrible, aún se tiene la esperanza de encontrar la esperanza, lo que mantiene en pie al sujeto.

El clímax de la desesperación solo se alcanza cuando se pierde la esperanza de la esperanza, cuando se sabe que no hay nada afuera que sacié las exigencias de adentro; que la esperanza, como tal, como relación deseo-objeto, ya no es posible bajo ninguna manera.

El agua sabe diferente, el aire está enrarecido, los colores tienen tonalidades extrañas, todo lo que aparece a los sentidos se presenta como deformado. El individuo se desploma, estando de pie, se encuentra en vigilia mientras duerme, es el más solo de los hombres solos no obstante encontrándose entre la multitud, es el más miserable teniendo satisfechas todas sus necesidades.

Se encuentra en la cima de la crisis, a un paso de convertirse en un humano de carne y hueso que encuentra el sentido y la esperanza en sí mismo; no obstante todo le arrastra para que dé el paso en sentido contrario y lanzarse al abismo de la nada…

*Canción: El pescador
Interpreta: Lila Downs

Imagen:http://www.studiomezzo.com/images/Desesperanza.jpg


Sábado por la noche

Author: B. Rimbaud /

1) Que el negar algo no nos da una cosa concreta, no se llega al ser por esta vía. Decir que una cosa no es roja no es decir que sea azul, sino que nos deja en una indeterminación infinita con respecto a la cosa que estamos enjuiciando.

2) De la misma manera, renegar respecto de alguna norma, modelo, institución, preferencia, costumbre social y apenas negarla es solo un paso que si bien es importante, no conduce a nada si se queda en sí mismo.

3) Por otro lado, si niego una cierta discriminación contra mí y construyo un nuevo paradigma, a este se le debe de exigir que supere de alguna manera el anterior, requerimiento que para nada es cumplido en la actualidad.

4) Se niega, se construye pero como se basa en esa negación y no en una afirmación de lo que se es se construye sobre aquello y se cae en la columna vertebral de la primera visión: la discriminación, la negación de otro(s) yo(s) diferente(s).

5) Así, en lugar de afirmar y expandir lo que el individuo considera como suyo, se confina a un espacio en el que se piensa completamente libre, pero que devendrá en su propia cárcel, como el lago que no fluye y estanca sus aguas.

6) Pudiendo ser habitante del mundo, se hace ciudadano de una minúscula polis amurallada; si la humanidad entera podría ser su hermana éste, el individuo que niega y no afirma, se convierte en un extranjero hasta de los que considera hermanos en la batalla.

7) Por mi parte, solo una restricción me separa de los individuos, mi tolerancia y mi respeto solo tienen un límite: el no re-conocimiento de los demás, la negación de cualquier individuo.

8) Que al afirmar que un lugar sea ‘Gay’ se basa en la negación de que no es un lugar heterosexual (o ‘normal’), por lo que termina por ser tan discriminativo como lo sería un lugar de estos últimos. El impulso a fundar tal o cual lugar con esta tendencia, responde a una necesidad vital del individuo como lo es expresar sus afectos pues en el devenir citadino le está más o menos vetado. No obstante, como no parte de una afirmación (es decir, querer un lugar donde se detonen esos afectos y se comparta la abundancia de ser) sino de una negación (nace de una necesidad urgente), termina por ser envolvente para el sujeto, que termina por perderse y constituir su patria en ese montón de metros cuadrados que más que enaltecerlo, le denigran.

9) Al olvidar que su patria es el mundo, su conformismo es tal que se queda con un pedazo de lo que es su tierra para expresar todo el infinito juego de sentimientos que se pueden desarrollar en su interior y termina volcándolos de manera torva hacia la mercancía que se le vende, vulgarizando lo que merece la mayor sacralidad: su yo, como portador y generador de sentimientos. ‘Extrañamente’, en lugar de exigir la abundancia para sí, se queda con ese migaja cual mendigante, hambriento antes, hambriento ahora, pero resignado.

10) Que no hay un reconocimiento del otro. Pues si el individuo que asiste a dichos lugares se viera en el otro (que no lo hace), terminaría por exigir de manera vehemente (cuando menos constante) los mismos derechos para sí, basándose en la tan predicada igualdad de todos, que por más que se busque parece inexistente en estos momentos.

11) No hay una afirmación del individuo como tal: homosexual, heterosexual, bisexual, etc. por la sencilla razón de que no se toma conciencia de la propia vida y el rol que se cumple en la sociedad, de los derechos y libertades que se pueden y deben exigir. Sino que, por el contrario, hay un conformismo con lo que ya está dado aunque no satisfaga: una relación de pareja que solo puede desarrollarse en cafés, bares o antros con una bandera multicolor; un matrimonio con cierta estructura que fomente el consumo y la generación de más mano de obra, por ejemplo.

12) La necesidad de una apertura en general se siente como inherente a nuestra situación. Desde trabajo interdisciplinario en las escuelas hasta lugares donde se goce de una VERDADERA DIVERSIDAD en todos los ámbitos: afectivos, intelectuales, sexuales, etc. Por que sería en dicho desarrollo donde se afirma desde la abundancia tanto de elecciones como de individuos y todo lo que se adquiere de esta gran fusión contribuye a un enriquecimiento tanto de la persona como de la sociedad.

13) Que hablar de una ‘Comunidad Gay’, de ‘Feminismo’ y ‘Machismo’, ultimadamente y por más cambio de matiz es la misma cosa: hablar de un cierto grupo que en base a negar al otro y pretende afirmar una cierta identidad, obteniéndola solo en mera ilusión, por que el individuo no existe por sí solo sino en la compañía de personas (ser para sí, ser para otros).

14) Tolerar sería yo: mi mundo, tú: el tuyo. Conozco, más no re-conozco.

15) Respetar no es recluir-me yo y recluir-te tú, respetar es reconocer-te como otro yo, reconocer-nos como interactuantes dentro de este mundo. Saber-nos con derecho a encontrarnos y ser, cada uno, en todo lugar. De donde se deduce que los lugares solo son preferentes y elegibles por el gusto del individuo, no porque el individuo sea de una manera en uno y de otra en alguno distinto; y que para ser debe escoger necesariamente un lugar dado.

16) Que se puede aplicar esto a distintos grupúsculos sociales: cultura alternativa, gays, lesbianas, intelectuales, ‘otros’ movimientos, etc.

17) Que así podemos entender otros sitios de afluencia social: comercios con la bandera multicolor, tianguis cultural, plazas comerciales, círculos de iniciados, etc.

18) Por mi parte, soy primero humano con los otros, antes que escoger un grupo o sitio como esencia o explicativo de mi ser. Me afirmo, autoafirmo, conozco, autoconozco, con el devenir: una lucha constante: no más, no menos, solo lo que es.

Twitter

Seguidores